jueves, 27 de mayo de 2010

La Alhambra, bajo una mirada romántica


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La Alhambra, bajo una mirada romántica

El pintor Francisco Carreño plasma en su nueva colección la atmósfera primaveral que transmiten los jardines del castillo árabe

27.05.10 - 02:29 - FRAN GAVILÁN
GRANADA.

Como emergía del pensamiento de Caspar David Friedrich, uno de los pintores más importantes del Romanticismo alemán, el arte siempre debe girar entre las dos criaturas de Dios: los humanos y la naturaleza. Eso es lo que también sostiene el pintor Francisco Carreño (Almería, 1974), que tras plasmar en su última colección el viaje más íntimo y natural que ha hecho al cuerpo humano, vuelve a rodearse del paisaje para reflejar a la perfección los distintos estados de una naturaleza que, dentro de sus creaciones, vive en constante movimiento.

Bajo el título de 'Jardines de la Alhambra', esta exposición muestra el trabajo que Francisco Carreño realizó durante un año en los jardines del palacio nazarí, concretamente de las zonas ajardinadas del Partal y del Generalife, algunas de ellas restringidas al público. De manera detallista y centrado en la difícil búsqueda del equilibrio entre el realismo y las huellas de su pincel, Carreño presenta a lo largo de esta colección, que está compuesta por 10 acuarelas y 14 óleos sobre tabla, el ciclo vital de la naturaleza en estado puro.

«Del mismo modo que un pintor presta especial atención al retratar una cara, debe de darle la misma importancia para dibujar un árbol. Esta es la esencia de la mirada romántica», explica el pintor almeriense con respecto a su última creación.

Realismo mágico

Las 24 piezas que componen su nueva obra definen dos estados de creación del joven pintor. Por un lado, y a través de sus acuarelas, se muestra una explosión de colores provocada por los ritmos rápidos del pincel que sólo se consigue con la pintura al natural. Por medio de trazados vivos y llenos de intuición, el lenguaje que transmite su 'pintura en directo' toma el papel protagonista y envuelve al ojo humano en un mar de realismo mágico. De hecho, en los tres primeros meses de su creación, Carreño diseñó las acuarelas desde el amanecer hasta la puesta de sol con la única compañía de la naturaleza que crece alrededor de la Alhambra. «Cuando te enfrentas a un paisaje aprendes de todo lo que te rodea. Para poder plasmar lo que sientes es muy importante vivir dentro de lo que ocurre junto a ti» comenta el creador que, a raíz del trabajo al natural, en el que observó cada uno de los detalles vivos de los jardines del castillo rojo, comenzó a crear los óleos de esta colección en su estudio.

Atmósfera primaveral

En su segundo proceso de creación, Carreño muestra a lo largo de 14 obras una visión minuciosa del realismo que emana del espacio natural. Con la presencia de un centro visual en cada una de sus piezas y la exquisita utilización de las sombras que se entrelazan entre sus paisajes, su obra transporta al espectador a la atmósfera primaveral que transmiten los jardines árabes.

Francisco Carreño, que reside desde hace más de 10 años en Granada, es quizás uno de los pintores de su generación que más veces ha plasmado en sus obras lugares de la geografía granadina. En su última colección, 'Jardines de la Alhambra', este creador ha dejado claro que siente predilección por los paisajes y no sólo por los de la naturaleza, si no también por los del cuerpo humano. Sin duda, el pintor almeriense ha pasado de ser una joven promesa a convertirse en un artista de gran relevancia.

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